sábado, 27 de octubre de 2007

Ternuras en la micro 119









Saltos hipotronicos,
memorable castidad.
Arriba,
arriba.
Persianas celestes claman atenciones pasadas,
huyen muy lejos los recuerdos.
Las ruedas de la micro 119 aplastan, aplastan la memoria de un gato atropellado
pini pini pini poni.

lunes, 22 de octubre de 2007

DISTANCIA


Distancia,
prolongacion inconmesurable,
cubrelo todo con tu vaho sumiso.

Distancia bifronte, distancia hermosa.
Profundo metodo negador.

Distancia: conjuro magico para hacer desaparecer elefantes.
Distancia tenue, distancia rosa.

Circunspectos alargados gimen de dolor a tus pies
curalos, bendiceles!

Me convierto en shinny-angel a tu lado.
Prolongame que quiero penetrar a louis wain.

miércoles, 3 de octubre de 2007

El hotel




Martes en la noche. 11 pm.
No podia conciliar el sueño, vueltas, vueltas...
De todas formas me tendria que ir a la hora acordada... creo que lo mejor era pasar los dias en aquel hotel, asi que con O. B. partimos sin demora ni conciencia alguna.
No estoy segura donde estaba ubicado. Partimos como si hubiera conocido el camino de toda una vida, de alguna prehistoria.
Todo resultaba tenebrosamente familiar. Habia en la atmosfera cierto aire color ocre, y nos deslizabamos por caminos terrosos.
Llevaba vestido primaverezco cheap to chic y zapatos nureyeb que al andar se teñian oscuros. No me importaba demasiado. Por otra parte O. B vestia borroso y caminaba a mi lado izquierdo sin prestarme atencion, sumido en sus pensamientos me seguia sin decir nada, con obediencia monotona y algo aburrida.
Al llegar al hotel (no recuerdo su nombre o direccion) me asombro lo grotezcamente grande que era: edificio fuerte, alto, algo tosco e impreciso de definir. El estilo, si es que tenia alguno, iba desde lo abueloide (con cortinas con flores, sobracargado al detalle y muchos muebles) a la decoracion de salon de pool (alfombras verdes y animales disecados en la pared) y se detenia en tintes y atmosferas de taller mecanico de poblacion.
Cuanto nos iria a costar el hotel?, y por cuanto tiempo nos quedariamos?, parece que no teniamos mucho dinero. Cuando le pregunte a O. B, no me respondio, o si lo hizo yo definitivamente no lo escuche.
Cada vez me costaba verlo con claridad y se tornaba mas y mas remoto.
Al entrar en la recepcion nos recibio una vieja que se parecia bastante a mi querida abuela, (fisicamente), por que sin duda alguna esta señora se veia cinica, en el fondo hostil. Sra Nora se llamaba.
Hable largo rato con ella, aunque no recuerdo bien lo que paso, solo recuerdo que me hablaba con temor, con agasajos inecesarios y disculpandose de algo absurdo con las manos, moviendo y gesticulando signos que yo no alcanzaba a comprender. Hablaba como si estubiera ante una persona socialmente importante.
Pense que podrian haber varias opciones para explicarlo: a) me queria poner de su lado para que yo la recomendara o algo asi, b) como yo era importante y estaba hablando con ella (considerandola como ser humano e igual) se sentia una persona distinguida y elegante, c) quiere mi confianza para robarme.
Me cobro $40.000 y no me dijo por cuanto tiempo, supongo sera algo infinito...
Deje de pensar en eso y, me deje arrastrar.
Cada vez el hotel me parecia mas vasto y O. B se habia desintegrado, o bien, me habia abandonado simplemente.
Empece a recorrer las dependencias del edificio. Ya me sentia parte del lugar. Creo que hablaba con varios de sus moradores pero nunca entablaba relacion cercana con nadie.
Por razones desconocidas trabe amistad con una niña de 8 años aproximadamente. Frecuentaba diariamente a esta niña, aunque no recuerdo nada de lo que hablabamos en nuestras horas juntas, aun puedo sentir el asco, la repugnancia y el odio que me suscitaba esta cria. Como me suele pasar siempre que estoy mucho tiempo con alguien.
Algo extraño me atraia a ella... rabia, puede ser. La golpeaba usualmente con rudeza. La llebaba a la habitacion salon-pool y le daba de azotes, como me gustaba pegarle!. Sus llantos alimentando mi ira, habituales descargos de energia contenida, electricidad liberada, los gritos, reberverancia del yo, todo magnetismo, wow, verdaderamente hermoso. Cuando terminaba la seccion-azotala-brutalmente, ella no se quejaba mucho creo, solo partia vaga, y antes de atrabezar la puerta me echaba una ojeada penetrante y analizadora.
Esperaba con miedo y verguenza que no se lo dijiera a nadie, no recuerdo si la amenace, pero parecia no haberle dicho nada a nadie. Tambien me preocupaba que los habitantes no escucharan las golpizas, por ser yo estudiante de psicologia y eso probablemente estaria mal.
Al parecer todo transcurria sin novedad ni sospechas.
Hable con el padre de Camila un par de veces manifestando interes de enseñar no se que a esta, y a el le parecio estupendo. Aunque el padre ( hombre corpulento, alto, rubio, sin duda alguna repuganante) no me decia nada que denotara sospecha, habia algo en su mirada que me daba miedo y me obligaba a ponerme en posicion de inferioridad, complacencia y de absotuto acatamiento. Queria meterme a la cama con el, eso le agradara, pense. Aunque me muriera del asco. Tenia que eliminar a la niña.
En una ocacion Camila dijo algo sobre alguien que la estaba maltratando pero fue vaga en acusaciones y no me nombro, como estaba el padre de esta, me vi sometida a dar ridiculas explicaciones que tenian por objeto librarme de aquel cargo, dije que yo seria incapaz de golpear a un ser infantil, animalito e incluso plantita y que amaba a Camila. Por momentos tuve la impresion de que todo lo que estaba diciendo sonaba bastante creible y que despues de todo yo era una estudiante de posicologia que conocia a la perfeccion el arte de la manipulacion, y que sabian estos pobres idiotas si eran todos unos deprivados culturales. Despues di un sinfin de cualidades positivas de la niña (ridiculas mentiras, porque camila les parecia a todos bastante deficiente en todas las areas imaginables.).
El padre no me decia nada solo me miraba escrutandome y yo me sentia desvanecer, la culpa se me escribia en el rostro con letras rojas, el miedo, la verguenza, camila sentada en un sillon de mimbre al frente de la escalera en donde yo estaba encaramada. Me miraba, si, me acusaba con la mirada.
El padre lo sabia, todos lo sabian y nadie me decia nada por que aguardaban sigilosos a la espera de la ocacion perfecta...
Estaba destinada a acostarme con aquel mono repugnante y lo sabia... no me podia zafar, despues de todo era mi culpa...
Llego la policia al hotel.
Todos empezaron a emitir gruñidos ininteligibles, graznidos de alarmas, manotadas de alerta...todo se apago, se arruino en la oscuridad... ya nadie queria, ni podia verme, estaba apagada.
Y Camila?, Camila tambien desaparecio.
La policia arresto al padre de camila, y a mi?, a mi nadie podia verme...
Vivi en el hotel no se cuanto tiempo... asi, invisible. Deambulaba por los pasillos la mayor parte del tiempo, aunque los martes y los jueves a las 5 de la tarde acompañaba a camila a ver el club de los tigritos.
El 28 de febrero aparecio el padre de Camila, creo que fui la primera en verlo, estaba pegado a la ventana como murcielago,
me insulto largo rato y despues me dijo que ahora si no me escaparia del follon-revolcon. Salte de la cama, corri, o intente correr para dar aviso a la señora Nora.
El hotel no tenia fin ni comienzo...entre en varias habitaciones cada vez decoradas con mas excentricidad que la anterior, mezclas de estilos. Prostitucion, pense.
El padre de Camila era tan lento como yo para correr, asi que le llebaba una modesta ventaja, al fin di con la vieja. Esta parecia verme, me dijo que me esperaban para cenar y yo le pregunte que de que mierda estaba hablando y ella me dijo que era impropio que una señorita como yo usara palabrotas tan feas como esas.
Usualmente detesto que otros se acerquen y me toquen, pero hoy no, hoy no, lo unico que queria en ese momento era que la vieja blanduzca me tocara, me mimara, me tranquilizara. Asi lo hizo, caminamos largo rato, ella me acuno y adormecio con sus promesas y palabras de madre virginal-no-puta, le crei... y me entrego al cazador y yo parti con el, abulica y adormilada, siempre docil, me sentia tan blanda como la señora Nora.
La señora Nora nos arrendo una piesecita en el patio del hotel, donde viviamos el padre de Camila, Camila y yo. Nuestra casa estaba en el taller mecanico del hotel, este no estaba habilitado, habian cadaveres de autos por todos lados, grasa de auto y olor a grasa de auto.
Dentro de mis posibilidades, trataba con bastante amor al padre de Camila, no recuerdo su nombre pero le decia mi amor,
el me golpeaba y humillaba constantemente, eso ya no me importaba mucho, creo, eh... ah, tambien parece que me violaba.
Camila estaba constantemente en su cuarto que era el mas bonito de toda nuestra casa, antes de ayer lo pintamos rosa, estaba muy feliz...
Tarde. Ocaso graso, el aire impotente, aplastante.
El padre de Camila arriba de nuestra cama. Veo a la esponja y corro, llamo a camila, esta duerme boca abajo, no creo que me escuche, esta muerta.
La esponja se mueve, siiiii, se mueve, es rapida. Me subo a la cama, le aviso al padre de camila, este no me ve, no me oye, no me cree, lo pateo, lo escupo... sigue sin verme, grito, me arranco el cabello, gimo de dolor, vuelvo a gritar. La esponja me atrapa... creo que ya estoy muerta tambien.