sábado, 22 de diciembre de 2007

Retorciendote


El camion se ha desviado, la ruta era infecciosa.
Mientras tanto, duendecillos venosos muy gordos repetian la palabra mierda.

Alla, arriba, en el sillon, habia orina de gato.

Y esa respiracion tenia vinagre nasal. Mejor intentaba otra. ¿Pero cual?.

Una cara estaba cerca, me hablaba y resoplaba alcoholes baratos.

Los duendecillos dibujaban gestos pateticos para la aprobacion de ¨los otros¨, los que estaban ahi, la audiencia (como dijo f).

Arriba, en el sillon, se perfilaba un hablar obeso que aullaba tonalidades venosas.

El hablar me giñaba el ojo, acariciaba mi vientre y decia: mientras mas fuerte mejor.
Globos y arterias te joroban la espalda.
Boca amurrada, piel abultada, y ese olor a muerte que traen tus pies.