sábado, 5 de enero de 2008

El methodo


6:30 am. agghhht, me retuerzo en la cama.

Comienzo poco a poco a reconocer olores; si, estan todos.

Miro debajo del cobertor; si, aun siguen ahi los restos de uña.

Pongo la mano en mi boca; me huelo el aliento. apesta.

Con la mirada inmovil en unos zapatos, intento incorporarme, hasta que logro sentarme en la cama.

Bajo los pies y aplasto las migas de unas papas fritas.

Me duelen las piernas  y temo no poder caminar adecuadamente; es como si los ligamentos se endurecieran y me doy la espantosa impresion de caminar con muletas imaginarias.

Me levanto a duras penas; y siento un aliento demoniaco que me presiona el cerebro y nubla parcialmente mi vista.

A tientas logro abrir el armario y saco las muletas.

Aun no me he acostumbrado a bajar estas escaleras. mi vision es escasa y temo tropezar.

Huelo amoniaco. 

En la cocina; lleno de agua el hervidor, le subo el switch y espero.

En la mesa; 30 gr de cafe, 180 gr de yogu-yogu de mora con 80 gr de chocapic, 4 hot cakes atiborrados de miel y mi abuela.
Enguyo todo alternando los movimientos maxilares, estos oscilan de violentos a abulicos, los primeros son mecanicamente realizados: primero abrir la boca 4 cm aproximadamente, tensar todo y dilatar.
Siempre intento dar 15 mordidas, pero la mayor parte del tiempo me desespero y solo alcanzo a dar 8. Los otros movimientos son realizados con real desgano, aunque trato siempre de ponerle empeño.

7:13; me meto a la ducha y bebo 2.5 lts de agua.
Sale todo junto, menos mi abuela que se tarda unas 8 arcadas y me recuerda mi dolor por aquellas luces y ese olor a cera.

Si, ya lo se, estoy condenado. Y fui yo mismo quien conjuro a los verdugos.
(tierna huida de lo que somos, ante la imposibilidad de recuperar lo que fuimos, mientras tanto, recreamos lo que idealizamos ser).

Tomo mis muletas y parto  a esperar, Se tarda, Pero ahi viene. Detesto sea lenta, o se detenga mucho. Me hace regresar y no puedo seguir cavilando en un monton de percepciones sin nombre, arrastrandome por brumas de asociaciones. es un confortable metodo al que me gusta llamar asociacion catatonica.

En la micro 119 siempre hay colores diferentes. Estos se salen, he ingresan a otro orden de cosas. Hay uno que esta en frente de mi y padece dolores traidos desde el infierno. Se mueve con furia, sus sufrimientos se materializan en gestos y actitudes de algun animal acorralado por algun peligro inminente. Arde en el infierno, esta endemoniado.

En ese momento se me vino a la cabeza la intuicion cristiana, utilizada en el medioevo. 

Un color ocre se sento cerca de mi. Me dijo que la enajenacion se podia alcanzar, que solo era cuestion de ansiedad y de su respectivo ayuno. Que yo tenia cualidades, que el las habia advertido, eran innatas, que el no se equivocaba jamas.

Me tomo de la mano y me prometio eternidad, libertad. Salir de esta prision de carne. 
-Podemos abolir tiempo y espacio-dijo.
Pero el instinto...
Todo es inutil.